Censura: Blu y el MOCA de Los Angeles.
El pasado mes de noviembre, el MOCA, invitó a Blu a pintar la fachada norte de The Geffen Contemporary, el edificio que en abril de 2011 acojerá Art in the Streets, una exposición que revisará la evolución del arte urbano desde los años 70 hasta hoy.
Blu se desplazó hasta Los Angeles y tal como había acordado con Jeffrey Deitch, flamante director del MOCA, el día 8 de diciembre comenzó a pintar. Después de seis días de trabajo, el mural mostraba una hilera de más de 20 ataudes cubiertos por enormes billetes de un dólar. Personalmente, el mural me parece bastante flojo. Demasiado literal y sin la complejidad de sus mejores piezas.
Sin embargo, al margen del mural en sí, lo verdaderamente importante del caso, es que de un día para otro y sin previo aviso, dos operarios del museo taparon con pintura blanca los ataudes que Blu había pintado. Como era de esperar, la polémica saltó inmediatamente a los blogs, y desde ellos, a los medios de comunicación. La palabra CENSURA comenzó a circular como la pólvora.
Aunque en un primer momento, desde el museo se evitó cualquier explicación, posteriormente, abrumados por las circunstancias, declararon que consideraban que el mural podía resultar ofensivo para el hospital de veteranos de guerra situado frente a él. Por su parte, Blu en un email a Los Angeles Times, decía:
«Es censura casi convertida en auto-censura, cuando me pidieron que estuviese de acuerdo abiertamente con su decisión de borrar el mural. En la Unión Soviética lo llamaban autocrítica.»
A medida que ha ido creciendo la polémica, el tema ha ido adquiriendo los más variados matices. Desde las declaraciones de Deitch, que interpretan lo ocurrido como una muestra de su criterio curatorial, al vergonzoso silencio de la mayoría de los popes del arte urbano. Pero, al margen de estas y otras consideraciones, quizás lo más llamativo, es como esta situación evidencia algunos de los contrasentidos que rodean la obstinación de museos y otras instituciones por mostrar arte urbano. Una obstinación que choca sistemáticamente con la propia naturaleza de este tipo de propuestas y que parece más relacionada con un intento de legitimar su función y adaptarse a los tiempos, que con un verdadero interés por el arte urbano.
A mí me lo contó Remedios. Si quieres saber más, lo explican con todo lujo de detalles en Escrito en la pared y en Hiperallergic.
un ejemplo de cómo, en los tiempos de la información sin límites, se achican los espacios de la crítica y la comunicación.
María
21 Dic 10 at 12:44 pm
Completamente de acuerdo, María… No corren buenos tiempos para la libertad de opinión.
Un saludo y bienvenida
Muack
21 Dic 10 at 7:39 pm
Decisión curatorial… menuda cara dura, como si no conociera el trabajo de Blu, qué se esperaba ¿algo amable?…
Pero a mí lo que me ha dejado más flipada es la actitud de compañeros y blogs especializados en arte urbano, la mayoría han pasado de puntilla por el tema y de los que han hablado, casi todos, se han posicionado de parte de Mr Deitch, (no hay que morder la mano que te da de comer).
Con el rumbo que está tomando los acontecimientos yo me voy a poner a aprender cómo se dice CENSURA en distintos idiomas, que este empeño de cambiar las cosas de ubicación y meter lo de fuera dentro y viceversa nos va a traer muchas historias por el estilo.
La pena es que de la mayoría no nos vamos a enterar, así que tengo que dar las gracias a Blu, además de por ser insobornable, por habernos premitido conocer alguno de los cadaveres que se esconden en los armarios de estas instituciones, que aunque vayan de lo contrario, sólo se mueven por intereses comerciales.
A ver si sirve de algo…
remedios
21 Dic 10 at 8:41 pm
Yo prefería cuando a los curator les llamaban comisarios… era mucho más evocador y quizas también más descriptivo.
Un abrazo, amiga.
Muack
22 Dic 10 at 10:53 am