Ciberactivismo: las nuevas revoluciones de las multitudes conectadas
Ciberactivismo, el libro de Yolanda Quintana y Mario Tascón, analiza como las tecnologías de la información están dando lugar a una nueva forma de activismo social, más abierto y descentralizado, que hace suyas muchas de las características de la comunicación digital.
De hecho, desde mucho antes de que naciera la Web, la cultura digital ha estado caracterizada por su tendencia hacia la apertura y la transparencia. Ya en Memex, en el Xanadu de Nelson o en los primeros pasos de ARPANET, residía la intención de crear plataformas de conocimiento abiertas y colaborativas. Los investigadores que dieron origen a estas redes de información, que se referían a sí mismos como hackers, son los responsables de que la evolución de la comunicación digital se haya desarrollado a través de redes distribuidas, abiertas, horizontales y flexibles.
Hoy, los principios de la ética hacker, han extendiendo su influencia desde la tecnología, al resto de nuestras prácticas sociales. Actualmente, la búsqueda de estructuras descentralizadas, el DIY, o el cuestionamiento radical de la autoridad, están presentes en nuestra forma de entender la cultura, el consumo, la economía, la política, el acceso a la información, la educación y por supuesto el activismo social. Como señala el Cluetrain Manifesto: “Los hiper-enlaces socavan las jerarquías”.
La transformación del modelo es irreversible. Desde hace ya bastante tiempo, las estructuras basadas en la lógica industrial están fallando. Medios de comunicación, administraciones públicas, universidades, empresas, partidos políticos, sindicatos… parecen haber alcanzado un punto de no retorno. El discurso unidireccional, de uno hacía muchos, ya no funciona y sabemos que nunca volverá a hacerlo.
En este contexto, el ciberactivismo implica un posicionamiento activo, que anticipa muchas de las claves necesarias para la adaptación a esta nueva lógica digital. Una lógica basada en la integridad, la participación y la transparencia.