Kuma War
A estas alturas, a nadie se le escapa que los videojuegos son uno de los principales referentes de la iconosfera contemporánea y que su influencia (cultural, económica…) es cada día mayor. Pero además, desde un punto de vista estético, los videojuegos constituyen el último exponente de la concepción de la imagen como imitación de la realidad, como réplica del mundo. Algo que, ahora que las artes visuales se han liberado de su tradicional obsesión mimética, resulta especialmente interesante.
Un ejemplo de esto es Kuma War, videojuego creado por Reality Games, en el que el realismo habitual en los “game war” se extiende a las situaciones desarrolladas en el juego. Básicamente se trata de un “First Person Shooter”, que ofrece actualizaciones continuas basadas en acontecimientos reales (la mayoría de ellos relacionados con la Guerra de Irak). En Kuma War el jugador puede participar en la toma de Fallujah, en la batalla de Mosul o en la captura de Saddam en su refugio subterráneo.
La frecuencia de estas actualizaciones hace que el jugador tome parte de la acción casi al mismo tiempo que lo hacen los combatientes en Irak. Las imágenes reales, difundidas por los medios, se confunden con las imágenes del propio videojuego y con ellas también sus significados.
Baudrillard, que tanto ha reflexionado acerca de la cultura de la simulación, se refirió en El Crimen Perfecto a este tipo de situaciones en estos términos:
«Vivimos en un mundo en que la más alta función del símbolo es la de hacer desaparecer la realidad y la de enmascarar al mismo tiempo esta desaparición»
Y así, casi sin querer, los límites entre lo real y lo representado desaparecen y los sucesos que ocurren en las calles de Iraq se convierten, casi instantáneamente, en ocio interactivo.
Parece que no has tenido un buen fin de semana. Negro futuro nos presentas…
Besos
admin
1 Abr 10 at 12:53 pm
Si, he tenido un subidón de Baudrillardina…
Muack
1 Abr 10 at 12:54 pm