Mosquitos
La noche del 29 de junio, en Madrid hacía un calor sofocante. Era una de esas noches de verano en las que los mosquitos zumban insistentes, lanzándose en picado contra cualquier fuente de luz. En noches así, nadie se libra de sus picaduras, ni siquiera los impecables modelos que nos muestra la publicidad.
Tal vez cegados por su belleza o tal vez por el brillo que despiden las marquesinas luminosas, aquella noche cientos de mosquitos se avalanzaron como kamikazes contra esos anuncios repletos de rostros de porcelana. No podían intuir siquiera que a pesar de su promesa de eterna juventud, se dirigían a una muerte segura.
Lo hicieron los de Luzinterruptus…