Born in 1959

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En marzo 2009 se cumplieron 50 años desde que Ruth Handler diseñara la primera muñeca Barbie. Para celebrarlo, Mattel decidió invitar a más de 300 celebridades  a  una gran fiesta en una mansión de Malibú en la que se recreaba cada detalle del universo Barbie. Aunque es evidente que un lugar así puede ser la viva imagen del infierno, más allá de su retórica kitsch, ese pequeño mundo de plástico rosa resulta fascinante. En él cada persona y cada cosa ocupan el lugar que les corresponde. Un mundo feliz. Literalmente, La vie en rose.

Pero, ¿qué pasaría si, como nosotros, Barbie se viera afectada por el inexorable paso de los días? ¿Qué ocurriría si, por una vez, el plástico se convirtiera en carne arrugada y llena de michelines? Esta fue la propuesta a partir de la cual Kristyna Milde, creó su serie 1959, un interesante recorrido por los misterios de la transmutación de la carne.

En una entrevista publicada en el blog Estética y Dirección de Arte, la propia artista explica a Natalia Liquiñano el sentido de su trabajo:

» . .. decidí enfrentar la imagen idealizada de Barbie, estandarte del éxito del consumismo, con la realidad del día a día.

Me pregunté a mí misma cómo sería ese personaje, que vive la vida del “consumidor perfecto”, en la cincuentena. Me centré en la brecha existente entre el sueño, el ideal prefabricado del consumismo, y el verdadero proceso de envejecimiento y deterioro. Hay una foto en esta serie,1959, en la que Barbie aparece en su apartamento, celebrando su cumpleaños con un enorme pastel. En mi visión no parece Cenicienta, sino más bien la mujer de mediana edad que realmente se supone que debería ser. La realidad de la vida ha transformado su cuerpo. Es compradora compulsiva e híper-consumidora de rebajas o saldos y del espectáculo mediático. Mientras va obedeciendo las normas del perfecto consumidor se va convirtiendo también en un personaje absurdo, que cumple con el imperativo de la diversión.»

No termino de compartir las palabras de Kristyna Milde. Personalmente, esta Barbie cincuentona y obesa no me parece un personaje absurdo. Al contrario, me reconozco en sus michelines, en su consumismo compulsivo y en la neurosis que apenas disimula. Todos, de algún modo somos como ella. Carne mortal, más o menos arrugada. Comparada con la odiosa Barbie adolescente, su cuerpo hinchado y su soledad resultan llenos de misterio.

Written by Angel

marzo 23rd, 2011 at 12:43 pm

Posted in arte,Un Mundo Feliz

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