Andy Warhol y las cápsulas de tiempo
Desde los años 50 hasta principios de los 70’s Andy Warhol fue almacenando en cajas de cartón miles de fotografías, cartas, recortes de prensa, facturas y en general cualquier documento que pasara por sus manos. Se trataba de un gesto cotidiano, que realizaba de manera sistemática y sin una finalidad artística concreta.
Solo sus sufridos colabores conocían la existencia de estas cajas, que pronto comenzaron a ser llamadas “Time Capsules” y que permanecieron ocultas hasta su muerte en 1987. Fue entonces cuando casi por sorpresa, salieron a la luz 600 cajas de cartón idénticas, repletas de las reliquias que Warhol había acumulado durante años.
En varias ocasiones, Warhol había planteado su intención de vender las “Time Capsules”. Pensaba introducir en cada una de ellas un pequeño dibujo y vender luego todas al mismo precio, sin que los compradores pudieran conocer el contenido de cada caja. Sin embargo, finalmente nunca lo hizo y las cajas terminaron arrumbadas en un almacén hasta su muerte. Desde entonces se conservan en el Warhol Museum de Pittsburgh.
En 2005, a iniciativa de este museo se creó Time Capsule 21, una web que nos ofrece la posibilidad de explorar on-line el contenido de una de estas cajas. En ella hay, entre otras cosas, postales, tarjetas de visita, facturas, catálogos, revistas, discos, tiras de fotomatón, notas de llamadas telefónicas, negativos fotográficos, recortes de prensa relacionados con el intento de asesinato que sufrió Warhol en 1968 o la filmación de una sesión de fotos con una rubísima Debbie Harry. Un collage de tópicos warholianos, que vale la pena revisar con la misma mirada voyeur que cultivaba el propio Warhol. Evitando cualquier implicación emocional, pero saboreando cada detalle como quien espía la correspondencia de un vecino o mira a través del ojo de una cerradura.
Fascinantes estas time capsules… La web me ha encantado, aunque te deja con ganas de abrir más y más cajas…
Perla del Turia
6 Jul 10 at 9:34 pm
Para otro post queda hablar de la subasta de los miles de trastos que Warhol acumulaba en su casa. Creo que la organizó Sotheby’s poco después de morir. Yo estoy convencido que entre sus multiples taras, el bueno de Warhol gestaba un sindrome de Diógenes de mucho cuidado… Pobre niño rico!!!
Muack!!!
Muack
7 Jul 10 at 5:28 pm